5 de junio de 2011

Figuras de la moda

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A propósito del 7 de junio, Día del Periodista, en esta nota repasamos y homenajeamos a los nombres más destacados e influyentes del periodismo de moda internacional.
TEXTOS. GEORGINA LACUBE. FOTOS. EL LITORAL.
Podrían ser modelos, ya que se visten con las mejores marcas de lujo y son perseguidas por fotógrafos; podrían ser actrices ya que viajan en limusina y tienen reservadas las mejores ubicaciones en las primera filas de los desfiles más aclamados; podrían ser estrellas de rock ya que tienen fans por todo el mundo y cubren su mirada con anteojos oscuros aún en lugares cerrados.
Pero no. Son las directoras de moda de las revistas femeninas más influyentes del mundo. Ellas no sólo dicen qué vamos a usar sino también cómo lo vamos a combinar. A continuación vida y obra de estas auténticas visionarias e íconos de estilo.
La revista Vogue -considerada la “Biblia de la moda”- puede alardear de tener en su nómina un destacado “elenco” de directoras famosas, entre ellas: Anna Wintour, quien dirige la edición americana desde 1988.
Excéntrica por donde la mire, su look gélido y distante inspiró a la protagonista de “El diablo se viste de Prada” (Meryl Streep en el rol de la tirana jefa Miranda Priestly). Como la película no le causó buena fama, se tomó la revancha y filmó “September Issue”, un documental donde se la ve más amigable que de costumbre, mientras muestra cómo se hace el ejemplar más importante del año de la revista que lidera y desde donde se dedica a convertir en estrellas a los jóvenes talentos de la moda. Es extremadamente delgada, tiene cara de pocos amigos y su corte carré con flequillo es su sello radical. Entre sus méritos: en 2007 lanzó un especial de moda que alcanzó el récord de 832 páginas impresas, siendo una de las revistas más grandes de todos los tiempos; y también desarrolló la creación de tres ediciones: Teen Vogue, Vogue Living y Men’s Vogue.
Este afán de expandir la marca de Vogue la llevó a obtener el título de “editora del año” por la revista AdAge. Por si esto no alcanzara, convenció a conservadoras casas de moda para que contraten a jóvenes y osados diseñadores como John Galliano, hasta hace poco diseñador estrella de Christian Dior; persuadió a Donald Trump para que autorizara al diseñador Marc Jacobs a utilizar un salón de fiestas en el Hotel Plaza para un desfile, cuando él y su socio no tenían mucho dinero; y una de sus protegidas en la revista, Plum Skyes, se convirtió en una exitosa novelista bajo su ala.
Tiene un salario calculado en 5 millones de dólares al año y también cuenta con generosos beneficios, como un presupuesto de 50.000 dólares para ropa, un chofer y una suite en el Hotel Ritz de París cada vez que concurre a la Semana de la Moda en esa ciudad.
UNA ITALIANA
Por su parte, la italiana de 48 años Anna dello Russo es la más popular y pícara del team Vogue. Tiene a su cargo la edición japonesa de la revista. Su simpatía se opone a ese modelo de editoras que no ríen, que son temidas y que son indiferentes a todo lo que ocurre a su alrededor cuando se muestran en público.
Se proclama una fanática de la moda y de los zapatos, ya que cuenta con un total de 2.000 pares y hasta tiene un perfume propio con forma de calzado. Posee su propio blog llamado AdR donde ofrece consejos sobre cómo caminar en un evento y contesta dudas de sus fans que, claro, son muchos. Entre ellos, el fotógrafo que publica en la web de moda Style, Tommy Ton.
Esta fascinación ha hecho que lleve años persiguiéndola para tomarle fotos, que actualmente integran una exposición sin precedentes que por ahora sólo se puede ver en la ciudad de Toronto (Canadá). En ella se ve a una mujer relajada, alejada de la pose cool, y más cercana al fanatismo de la moda.
Desde el 1º de febrero de 2011, Emanuelle Alt dirige la Vogue francesa luego de la partida (o despido) de la célebre Carine Roitfeld, mano derecha de Tom Ford en su época dorada en Gucci y gran amiga del fotógrafo peruano Mario Testino.
Dicen las malas lenguas que este alejamiento tuvo como fundamento una producción de moda donde niñas de 5 años jugaban a ser grandes. Un rasgo de Roitfeld es su carácter audaz y provocativo; por eso se la conoce como la creadora del “erotic chic”. Es así que en este set se ve a las pequeñas maquilladas, vestidas y fotografiadas como si fueran modelos mayores de edad.
¿Más? Fueron lookeadas con trajes de alta costura y se cuestionó que había algo muy desconcertante en sus miradas y posturas insinuantes. Si lo suyo era crear polémica, lo logró. Hoy, Roitfeld se desempeña como estilista y musa de la neoyorquina tienda de lujo Barneys.
EN PARÍS
De vuelta al presente, ¿qué se conoce de la novata directora de Vogue París? Alt comenzó su carrera como editora de moda de la edición francesa de la revista Elle hasta llegar a Vogue en el año 2000, justo al mismo tiempo que Carine.
Durante el período Roitfeld-Alt, esta edición incrementó su tirada de 100.000 a 140.000 ejemplares, sobre todo, debido a sus fuertes producciones de gran carga erótica. Mientras trabajó como estilista independiente de la revista realizó las campañas de publicidad de firmas como Gucci, Giuseppe Zanotti o Balmain.
Hoy se espera que el medio cobre nuevo impulso pero muy en línea con el tono sugerente del estilo editorial de su antecesora. Al margen de lo que ocurra, no cabe dudas de que la francesa es una trendsetter (creadora de tendencia) que logró hacer suya una estética muy particular construida a base de chupines, remeras anchas, camisas a cuadros, stilettos y muchas tachas. Es decir, una suerte de rock & roll chic que, en los últimos años, ha cautivado a firmas como Balmain o Isabel Marant (de las que Alt es fiel seguidora).
EN MASCULINO
El inglés Stephen Gan es el fundador de las revistas más influyentes del circuito fashion avant-garde (de tendencia, innovadoras): Visionaire, V Magazine y V Man son de la partida. Previamente se desempeñó como director creativo de la publicación Haarper’s Bazaar.
Como buen conocedor de los asuntos del mundo femenino, en especial del tema de la delgadez, este gurú de la moda no dudó a la hora de hacer declaraciones del tipo “la belleza no es cuestión de medidas y es ridículo cuan obsesionadas están las mujeres con su peso, que hacen dietas hasta perder la línea”. En consecuencia, en la revista V Magazine del mes de enero abrió el debate al mostrar imágenes de mujeres saludables fotografiadas en provocativos trajes de baño y ajustados jeans.
En tanto, Ferry Jones, fundador y editor en jefe de la revista inglesa i-D, fue el primero en introducir el concepto del straight-up (fotos subidas de elegantes anónimos retratados en la calle) en los medios de moda. Asimismo, instaló la idea de que el estilo y la cultura contemporánea son mejor que la moda. La particularidad de la portada de i-D es que todos los personajes de tapa aparecen fotografiados guiñando un ojo.
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Anna Wintour dirige la edición americana de Vogue desde 1988.
LA PRECURSORA
Diana Vreeland fue la primera en revolucionar de manera inteligente el oficio de periodista de moda. Primero fue redactora de Haarper’s Bazaar y luego asumió el cargo de editora de moda en Vogue.
Con su estilo desenfadado logró hipnotizar a sus lectores con sugerencias del tipo: “El divorcio es tan glorioso como el caviar” o “La elegancia es innata y nada tiene que ver con estar bien vestida”.
Nunca se conformó con las colecciones de temporada y por eso continuamente les encargaba a los diseñadores prendas inéditas, fuera de serie, las mismas que en muchas ocasiones se convirtieron en las piezas más exitosas de una marca. Vreeland murió en 1989 a los ochenta y dos años.
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La película “El diablo se viste a la moda” (protagonizada por Meryl Streep) recrea la vida de una de las editoras de Vogue.


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